Durante los últimos días hemos escuchado muchísimo sobre la importancia de tener una buena higiene para prevenir los contagios y mantenernos saludables, acciones como la sana distancia hace que todos permanezcamos en casa con la finalidad de cuidar de nuestra salud, pero ahora que estamos hablando más sobre la higiene, hay una parte de tu cuerpo a la que seguramente no le prestas mucha atención: tus pies.
Y es que, aunque no lo creas, la higiene de tus pies es casi tan importante como lavarte las manos, pues si llegas a adquirir alguna enfermedad como el pie de atleta, ¡será muy sencillo contagiarla! El pie de atleta es una infección causada por un hongo que vive en las superficies húmedas, normalmente podemos encontrarlo en regaderas públicas, albercas y vestidores, pero en estos días que pasas más tiempo en casa, podrías dejarlo en tu propia regadera y contagiar al resto de tu familia.
Si tú o algún integrante de la familia presentan síntomas como comezón, descamación, ardor o mal olor, es momento de actuar y tomar algunas medidas que evitarán el contagio:
Usa sandalias en la regadera.
Lava tus pies con agua, jabón y una esponja para exfoliar la piel muerta.
Seca bien tus pies antes de ponerte calcetines o zapatos, sobre todo entre los dedos.
Usa calcetines secos y limpios. Si tus pies sudan en exceso o hiciste ejercicio, cámbialos por unos limpios.
Usa una pomada antimicótica como Conazol®, ya que su fórmula con ketoconazol aniquila a los hongos productores del pie de atleta, además te ayuda a aliviar y prevenir el mal olor, sudoración, comezón y descamación.